Este cuaderno es de música y poesías y le pertenece al niño Juan Armentano, en su 5º grado, durante el año 1941.
Índice del cuaderno:
Las plantas han tomado un verdor alegre, parece que en su corazón de madera quisieran darnos una gran alegría antes de transportarse al país de los sueños, pero en nuestras almas queda el recuerdo de este buen árbol que dio su vida por nosotros.
Luz de oro, luz que pende de un arco de fuego, arco sin el cual no habría vida. Nuestros ojos se cerrarían para siempre, luz divina que todo lo puedes.
¡Primer día de clase! La escuela se pinta de blanco. Las aulas tristes se transforman en alegría; mil corazones la alegran, mil caras risueñas que estudian, juegan.
(Para acceder a un fragmento del libro de Leticia Cossettini sobre la alegría de aprender Click aquí)
Camino de sombra, tierra fresca y negra llena de tristeza, por los árboles que con sus raíces caprichosas la rompen.
Tierra silenciosa, sin voz parece hasta sin vida.
Noche, palabra sombría. De temor, emoción invasión. Temeroso el sol se XXX ya no queda un poquito de luz. Los árboles murmuran entre sí para consolarse del miedo y de de las sombras, fantasmas sombríos de la noche.
La lluvia es una lágrima, lágrima de oro que bendice los campos, los trigales, los hombres. Es la vida del mundo.
El viento juguetón se mueve invisiblemente con sus alas de tul. Lleva los pajaritos, mueve los árboles y los hace bailar locamente, hasta quedar cansado y rendido entre el agua y las nubes. En los anocheceres se transforma en suave cancion que se eleva a las nubes
XXX sombras, olor que va de lado a lado, dejando su tristeza, color que se disuelve como un alma por un dolor: nos envuelve con sus brazos de agua. Los árboles se visten de obscuridad y de pena.
Atardecer que pronto se sumirá en las obscuras tinieblas, goce profundo que penetra en el corazón como una filosa daga.
Atardecer de esperanza que desaparece en los árboles.
Himno del nacimiento.
Canción que se abría en brazos tiernos dejando salir todo su corazón hecho música y que baila y que canta con los pájaros. Fue como un viento que XXX en lo más profundo de nuestro corazón. Este concierto fue dedicado al más grande de los músicos del mundo que es Beethoven de Bonn, Alemania.
Esta pieza es la que más me agradó y me parece que a todos mis compañeritos también. Cerrando los ojos vi la tempestad pero de pronto apareció el sol en medio de ella y toda la imaginación mía se desvaneció en el aire
(Nota al lector: Para comparar esta producción poética con la de otro alumno ante una misma temática click aquí )
Fue una gran música que encantó a mis oídos, su melodía se parecía a la del viento, con las aguas en su monótono juego; pero de pronto calla. Se irán tal vez muy cansados a dormir.
Su dulzura era alegre y nuestra alma se llenó de ilusión mientras la música transportaba el cuerpo, al país donde la música era eterna.
Dulce trinar de pájaros, que se confunde con los suaves rayos del sol, brisas matinales que descansan sobre el mundo dormido, y que luego heridos por el sol se levantan y lo corren.
Ya el sol del mediodía, alegre manda su corazón de fuego para iluminar los campos tristes.
La tarde cae encerrando en el perfume de las flores y el encanto del aire se desvanece; mientras las negras y apesadumbradas sombras, en sus almas de llamas, acuden presurosas donde antes reinara el sol
Noche, silencio deshecho por el canto de algún pájaro que desgarra la alegría. Las sombras, como seres invulnerables se mueven entre el tierno títere de las estrellas, y mis pies al pisarlas parece que sienten un suave arrullo como cuando acurrucado un tierno pájaro en su nido pide la comida a sus padres.
Calor que corre por las frentes de los obreros transformando gruesas gotas, gotas que bañan la cara, gotas de bendición que saben lo que es el trabajo.
El calor es un amigo de ellas.
Nos sentimos poseídos de pereza ¿Qué será? Es el calor y el sudor, es su fruto.
Siesta, hora del descanso que rompe la alegría de las horas, y de los pájaros llenándolo todo de silencio que trae la tristeza en las horas estivales. Silencio que llena los rincones de nuestras almas que están llenas de luz y de alegría, de sombras.
El escrutinio de ha realizado con mucha alegría que llenaba todo el corazón, cuando votos por votos iban apareciendo de las urnas. Se abrían estas y aparecían los votos, algo me decía que ganaríamos. De pronto una voz dijo ¡ganó la lista celeste! Por noventa votos. Votos que trajo la alegría al bando triunfador y la pena al vencido. Pero luego no había ni vencido ni vencedores, porque el lado del trabajo nos va a unir.
(Nota al lector: hay adjunto a este relato un volante en el que se observa una lista con estudiantes candidatos, posiblemente los que conformaban la lista celeste. Se lee: “Centro cooperativo. Elecciones de 1948. Voto por:
-Secretaria general: Teresita Armentano
-Vocales: Yolanda Aguilar
-Elsa Gil
-Hugo Lobato
-Jorge Caminito
-Ernesto Casabián
-Enriqueta Bustos
-Hermine Rtgers
-J.Sosa
-Nora Cagnone
-Carlos A. Gatti
-Eduardo Abatte”.
(Nota al lector: Para leer más sobre el trabajo que se hacía en la escuela sobre ciudadanía Click aquí. Para acceder a fragmentos del libro de Leticia Cossettini sobre el tema de la democracia Clíck aquí.)
Árboles tristes, hojas amarillas, que vanas esperanzas tienen de reverdecer. Las sombras del otoño cubiertas de suaves pétalos y hojas, caen sobre las penumbosas ramas desnudas que extendiéndose buscan el calor del sol.
Perlas de agua, estrellas de plata que engalanan los árboles con su blando encaje de gotitas cristalinas como los suaves rayos de la luna, como el limpio verde de la pradera en flor.
Frío hielo, todo una sola cosa. Desesperación de los árboles que se deshacen en lastimosas exclamaciones, todo es otoño. Una grácil nubecilla de frío se duerme sobre el mundo. Todavía perdura, en él, el encanto de la primavera, cae como si fuera una pequeña gota de lluvia.
El fuego nació en un reino donde todo era XXXXX. Su padre era el sol. Sus llamas caían XXX y luego volvían, pero una se perdió y fue una llama tenue; encontró a su paso varios árboles. Con éstos se alimentó y se agrandó y recorrió el mundo haciéndose amiga del aire. Este lo avivaba. Los árboles al verlo temblaban y rogaban a la lluvia que lo viniera a apagar para salvarlos.
El fuego era orgulloso y destruía todo lo que tenía a su alrededor. El hombre XXX una parte de él en pequeñas cabecitas que llamó fósforos. El fuego no quería y cuando raspaban estos fósforos aparecía él. Recorriendo mundo se sentó a orillas del mar y allí estableció su casa en una caverna. Cuando las aguas crecían y llegaban a la caverna éste rugía en tal forma que disparaban y se amontonaban formando las olas.
Cierta vez al encontrarse en un bosque solitario en el que no se veía el sol ni el cielo que lo cubría empezó su obra. El bosque quedó cenizas, cenizas hechas por un fuego color goma, de brasa.
Las cenizas las llevó el viento y las puso sobre los bellos pájaros, las hojas.
El fuego optó por irse a otros lados pero en una ciudad lo descubrieron, lo usaron para lámparas, para hogueras pero poco a poco fue muriendo hasta que lo hicieron revivir de formas artificiales.
Esta es la historia del fuego que por su XXXXX fue convertido en cenizas
Las sombras nacieron en un lugar lleno de árboles, estas vivían en continua disputa. Tú, con ese ruido molesto no dejas dormir- decía el sauce., y así siempre. Cuando alguien entraba en el bosque los árboles se burlaban y cuando una vez entró un pájaro, un álamo dejó caer una rama que le quebró una patita.
El pájaro pedía albergue pero ninguno se apiadó de él, solamente un plátano lo recogió aunque los otros árboles se burlaban de él.
Cuando el pajarillo pudo volar se fue dando las gracias a su salvador. Un tiempo más tarde vino un hada y preguntó ¿quién recibió al pajarito? Y le contestó el plátano que sí, él lo había recogido.
Entonces el hada les dio un castigo, que cuando el sol se escondiera todos se convertirían en sombras.
La noche cuando se llenó todo sombras empezaron a moverse lentamente y comenzaron a lamentarse, pero era tarde; cada vez que se iba el sol empezaban a aparecer las sombras amedrentando a todos los habitantes del bosque.
Pero el plátano recibió su recompensa viviendo con los pájaros que hacían sus nidos en las ramas.
Los otros árboles vivieron tristes hasta el fin de sus días pero las sombras siguen silenciosamente como si fueran a una cita.
1º minueto
2º Rondo
(Orquesta sinfónica de Londres)
-Minueto de la ópera “Don Juan” Mozart. Violoncelo: Pablo Casals.
- “Marcha turca” Mozart. Orquesta filarmónica de Viena
(Nota al lector: Para escuchar la ópera "Don Juan" de Amadeus Mozart click aquí)
Hoy escuchamos el 2º concierto. Estuvo compuesto por Mozart en el 150 aniversario de su muerte. Música alegre. Comenzó el concierto con el minueto “Pequeña serenata nocturna”. Un suave rumor de agua en manantiales invadía el aire. Las XXXX eran flores, flores que bailaban sobre el disco en todas partes.
Era una música más marcada, más dulce y sonaban con voz de pájaro. Al escuchar esta me sentí aire, me pareció ver las parejas bailar la rueda. La señorita Olga nos explicó lo que un rondó quiere decir ronda.
Su ritmo era el de un regimiento en plena marcha. Sus tropas de tambor de clarín. Los pájaros eran suaves acordes entre aquel montón de sonidos.
(Nota al lector: para escuchar "Marcha turca" de Mozart Click Aquí)
Segundo concierto dedicado a Mozart. Pequeña serenata nocturna de Mozart. Orquesta sinfónica de Londres dirigida por Bruno Walter.
Primer movimiento- allegro
Segundo movimiento- Romanza
Tercer movimiento- Minueto
Cuarto movimiento- ronda final
Impresión del concierto: Hoy escuchamos un hermoso concierto compuesto por Mozart.
El Allegro era una música suave como el viento la XXXX era suave como los trinos de los pájaros en plumón, como manantial verde del otoño. Las notas eran dulces gotas de lluvia que caían sobre nosotros con melodioso sonar. Las piezas eran de la “Pequeña Serenata Nocturna”, la segunda fue la Romanza, una música suave de una melodía pura, como el cielo azul. Sus notas bailaban en esta pureza como el sol en aquel minueto. El minueto se hizo escuchar otra vez con su altanera voz me hizo parecer como si la fuerza del viento quisiera arrebatarle los sonidos. El Rondó o sea el último disco junto con el minueto son músicas de voz de trueno. El debate que produce esta música es alegre dando al corazón un hilo de grata alegría que se cuaja en tristeza al terminar. Pero la señorita Olga nos proporcionó un montón de alegría volviendo a tocar esa pieza.
(Nota al lector: Para escuchar "Pequeña serenata nocturna" de Mozart click aquí)
Los títeres vinieron otra vez, en sus corazones de madera taladraban felicidad. Las tres funciones a cual más XXX pusieron una nota de alegría. La primera función del gitano y el oso. El pobre oso castigado imploraba en el alma diciendo ¿porqué tanta maldad?. Al ver al pobre oso debatiéndose sentí nostalgia, tenía ganas de llegarme al XXX para impedir que el mal gitano hiciera esto
(Para acceder a acuarelas realizadas por los niños de la escuela sobre el titiritero Click aquí)
Martín Fierro vino después, el gaucho errante con sus versos y la fiesta campestre, el colorido de esta borró algo de la vista aquel gitano perverso y el pobre oso. Por último el soldadito de guardia.
(Para ver el diario de Leticia Cossettini sobre la obra de títeres Click aquí)
Tenía en su cuerpo nada más que risa, risa que nos la transmitió hecha alegría. Como la tibia aurora, esta función terminó y dejó en nuestros pechos la tibieza de reír, reír por los títeres.
Otra vez ¡títeres! El alma de ellos se convirtió en XX se posó en nuestra vista y escapó por los labios.
Títere, alegría encerrada en palabras que nos trae la voz, de todo a un tiempo.
El gitano y el oso, maldad e inocencia, tristeza que transportada a nuestro corazón se apagó al ver que sólo eran títeres, títeres inconscientes que engendraban alegría.
En un país pacífico donde todo era paz, hasta las sombras temerosas se blanqueaban al sentir pasar a alguien, eran todos felices. Pero un vez como ocurre en todos los cuentos, nació un hombre egoísta, que divulgaba la guerra. El egoísmo, parecía que pronto iba a vencer, pero la paz se apoderó de él e hicieron una discusión.
Por momentos esta se tornaba más acalorada, entones la paz poseída del espíritu humano de bondad acrisolada y que en su alma no cabía el espíritu mezquino del egoísmo invitó al egoísmo a una amplia discusión para demostrarle que con paz es posible la vida.
El egoísmo arrogante y soberbio con una risa en sus labios, y como quien perdona la vida a su semejante le dijo:
E- Hombre ignorante, acepto para ilustrarte
P- Dime ¿sería posible la vida con la destrucción, destrucción que sepulta los inventos de los hombres para aliviar la humanidad. Tú quieres recargarla con horrorosos efectos de la guerra, yo sin embargo voy por campos llenándolo todo de dicha y felicidad. Veo a las familias enriquecer la hacienda, sembrando por doquier el bien. En esta forma mi semilla XX y hago pueblos ricos y naciones fuertes.
E- Que equivocado estás, la guerra, como tu dices fruto del egoísmo, no es tal. Ella da razón al que la tiene y combate la injusticia y hace que el hombre XX inteligencia para la fabricación de armas, para los éxitos más lisonjas en las contiendas y crea a los hombres para la lucha por la vida.
Así ves en la historia de los pueblos sus grandes militares
P- tus razones son frutos de tu egoísmo, tu ves con ojos antihumanos y por consiguiente no puede triunfar tu tesis. La inteligencia del hombre puede cultivarse para el bien en muchos campos de actividades, que son la ciencia, la industria, etc., aplicable para la medicina, los seres y la industria para la fabricación de máquinas y sus productos para que la vida de los seres humanos sea más cómoda y descansada. En cuanto a crear corazas en los hombres, en forma perversa para con sus semejantes como tú dices, es hacer que el hombre deje de ser humano para convertirse en enemigo de sus hermanos. La naturaleza contiene tanta belleza, como ser los pájaros, flores y plantas y el reino animal que tantos ejemplos nos da, para dulcificar la vida nos muestra el ejemplo de los pájaros. Los hombres tenemos la música y el arte en sus diversas manifestaciones para educar nuestro espíritu y alejarnos del mal.
E- Veo que vives en un país de ensueños lejos de la realidad.
Tú me dices que debemos aprender del reino animal. Yo tomo el ejemplo del lobo que se come las ovejas, del tigre, que devora los animales menos fuertes que él, y para no cansarte no sigo dándote otros ejemplos. Me parece que me sobra para que me comprendas que el más fuerte tiene razón y n cuanto al arte, la música y otras pamplinas las usa para pasatiempo y para matar el hastío, pero créeme con sinceridad, siembra la semilla del valor y al guía al pueblo para la guerra si quieres hacer pueblos fuertes.
P- Tus palabras, ejemplo sobre el reino animal son fruto de tus semillas, te olvidas del canto del ruiseñor de todos los animales domesticados por los hombres. Si traemos esas cosas que invocas en estado salvaje a la civilización tendremos el ejemplo del elefante domesticado que es útil a los hombres. Dime para abreviar ¿Qué ganan los pueblos guerreros una vez realizada la guerra y destruido todo lo hecho en la paz, hogares, museos, monumentos, puertas y grandes fábricas que daban trabajo digno para los pueblos. De ellas obtenían sus alimentos material y espiritual. En resumen después de una contienda queda por saldo miseria, peste y destruida la obra hecha por la paz en siglos, arrasada por la guerra en horas para después nuevamente la paz empieza a construir su obra. Entonces yo me pregunto ¿esta es la obra de tu inteligencia? ¿Destruir para volver a construir? Yo me contesto. Me parece más bien la obra de un demente que por mi parte merece el desprecio de la razón y de la justicia.
E- veo que no nos entendemos, yo sigo con mi razón y veremos nuestros frutos.
P- Tu razón salvaje dista de la verdad y por lo tanto tu fruto dará la misma semilla. Yo en cambio siembro el bien y espero que mi fruto será bondad.
Una perfumada soledad en el vacío lo envuelve todo amarillo se siente arrullo de alegría que se pierde del viento. Es el canto de los niños que en XX fugaz bailan, cantan a la luz tenue de un amarillento XX.
Sobre el puente
de avignon
Todos bailan….
El viento se lleva las palabras en XXXX hasta el infinito. En otra esquina un grupo juega.
¡Piedra! Allí esta
Sal.
Y así acompañado por un empañado perfume de flores por la pesada nocturna, sigue la mundana pero alegre ronda bulliciosa.
1ro minueto- del 5to divertimento
2do Romanza- Del concierto en Do menor
3ro Rondó- De la pequeña serenata nocturna
Fuera del programa
1er minueto de la opera “Don Juan” Claire Wanda Landouska
2do Marcha turca. Orquesta Filarmónica de Viena.
El agua clara cae envuelta en el aire XXXX de perfumes trazando notas del aire, la luz, del agua. Todo se reúne en el alma de la XXX.
El minueto, música clara y fresca llega a los oídos como el alboroto suave y XXXX
La alegría de la risa se volcó en el crisol de la XX una vaga algarabía, que a lo lejos se sentía clara y tierna llegó a nosotros hasta ser melodiosa y alegre; la Romanza que voló sobre la época y transcurrió durante siglos hasta hoy.
Una ronda se agita tenue en el campo y nace una voz que llena la noche. El viento lleva las notas por el aire y las pierde. Un ave que lleva las notas al alma con el suave arrullo de la ronda. Así el Rondó cantó su alegría en nuestro corazón.
Primera parte:
1. Canciones que me cantó mi madre de Dorah. 2.500 voces. Coro americano.
Segunda parte:
3. Canción de los barqueros del Volga. Coro Sinfónico ruso
Tercera parte:
Las notas melodiosas llenaron el aire. Perlas de música, llegaron como bellos pájaros de luz y se perdieron en lo infinito. Una nube sobre el atardecer. Una voz de madre, una voz de cristal y plata asoma de una choza.
Una madre canta una canción de una XXXX el bebé duerme en ella. Ésta voz dulce llegó XX tristeza de la esclavitud de los campos de concentración. Esas almas oprimidas cantan canciones, canciones de su país que las recuerdan con la XX de la libertad. Una tristeza honda me oprime como si un negro manto envolviera mi corazón.
Una nota de esclavitud, de dolor y de pena, lleva al cielo un nubarrón negro que pinta la tristeza de los hombres esclavos. Una idea dormida nace vagamente en las cabezas; la libertad, la ambición única de su vida triste.
Esta música cantó su tristeza en el alma y sentí un sordo ruido de cadenas que se desplomó en el aire.
(Nota al lector: para escuchar la canción de los barqueros del Volga Click aquí)
Al pensar en la libertad en que vivimos hoy, la música triste de las plantaciones me llenó de congoja. Un recuerdo de esclavitud llenó el ambiente y un amanecer de esperanza y libertad se XXX rumoroso frente a los esclavos. Sentí cómo algo inesperado me oprimiera, el yugo del negro embalsamó de un profundo dolor.
Un suave rumor de música se levanta del XXXX y se aclara en el aire. Las bellas notas de la media caña llegaron hasta hoy a través de los tiempos. El gaucho dio un colorido más de música en nuestros campos y el viento, el agua nos recuerdan aquella canción bella de nuestros gauchos.
Los niños cantores de Viena llenaron de alegría el aire con sus voces claras y de plata como la luz de la luna junto con el origen de la música harían de ese momento alegre envueltos en notas un momento maravilloso y de belleza sin igual. El campamento de Granada hizo oír su belleza y yo sentí una inaudita alegría de sentir lo más bello de la música en el coro de niños
Dime, desmelenada higuera que sigues en pie, al lado del estanque, ¿te olvidaste ya del niño, como los pájaros que andaban en tus ramas te dejaron y te olvidaron? ¿no te acuerdas ya de cuando se sentaba en la ventana y se maravillaba del enredo de esas raíces tuyas que se agarran a la tierra?.
Las mujeres venían a llenar sus cántaros en el estanque y tu inmensa sombra negra se retorcía en el agua, como el suelo cuando lucha por despertarse. En las menudas ondas, la luz del sol bailaba, como con diminutas lanzaderas inquitas que tejiesen una tela de oro. Por la orilla, entre la yerba alta, dos patos nadaban sobre sus sombras, y el niño se sentaba quieto y pensativo…Parecía ser el viento para pasar entre tus ramas suspirantes; quería ser tu sombra y alargarse como el día sobre el agua; ser un pájaro posarse en tu ramita más alta y vagar, como los patos entre las yerbas y las sombras.
Una triste noticia llegó a nosotros a través de largas distancias, desde Calcuta, ha muerto Rabindranath Tagore, un gran poeta hindú. Nació el 6 de mayo de 1861 y fue mandado por sus padres a la escuela, pero el sufrió mucho pues le hacían estudiar de memoria y no estaba en contacto con la naturaleza y no quiso ir más a la escuela. Su padre, que lo comprendía porque era un hombre ilustrado le puso profesores en la casa y así aprendió bien juntamente con la naturaleza.
Cuando grande, creó una escuela llamada Santimehta (morada de paz). Empezó con 5 alumnos pero luego se fue intensificando la cifra de alumnos. La fundó en 1901 en Bolpur. Corría en esa escuela llamada también Vieve-Bhcasti, una reforma de métodos convencionales en la India.
Así se formó en un maestro tocado por la gracia, efectuando grandes obras.
Muy niño, a la edad de 8 años sabía hacer buenos versos, y la música apuntó en él dotes de artista y conquistó el nombre de Shelly Beng.
Realizó muchos viajes con su padre por la India. El gobierno Inglés le dio el título de noble, el lo aceptó pero más tarde cuando el rey inglés hizo bárbaras matanzas contra los compatriotas de Rabindranath Tagore este devolvió el título por medio de un virrey, diciéndole que no podía aceptar algo del que cometía barbaries en su país. El gobierno inglés revió la falta en que estaba y le dio de nuevo el título.
Al recibir el premio Nóbel de poesía Rabindranath Tagore era conocido por casi todo el mundo, no siendo como otros literatos que pudieron apenas pasar algunas fronteras con su nombre.
El poeta nombrado era muy querido en su tierra, a su vez por su obra y su condición de favorecido por la llama del espíritu de poeta.
Fue poeta, novelistas, dramaturgo, músico, pintor y maestro. En 1930 realizó una exposición en XXXX de sus cuadros.
En la capital alemana concentró el interés del XXX y de los estudiosos.
Así, dejó de existir a los 80 años el famoso Sir Rabindinath Tagore en Calcuta.
Una agitación de alegría rozó el aire y fue a parar sobre nosotros. La naturaleza pintó la escuela XXX flores que volaban por el aire como mariposas, pájaros que el cielo en celeste vivir nos regalaba. Una ola celeste, imperiosa, cruza el aire y se pierde en lo infinito.
En los salones las flores reinan. Coronas, collares, etc. brillan en las cabezas y en los ojales.
El trabajo lucía brillante y terminados los preparativos observamos alegres el trabajo de horas. La escuela engalanada de fiesta vibra en los tenues rayos del sol. Lluvias de flores y cantos, cae envuelta en la alegría de los preparativos, de la despedida de la señorita Olga.
Los títeres asomaron de nuevo por el teatro. La alegría asomó a nuestros corazones, los títeres habían vuelto a nosotros y las funciones resplandecieron. Las almas se conmovieron de alegría, los títeres entraron en mí como suaves perfumes de flores, que al aspirarse embalsaman nuestro cuerpo. Así los títeres agitaron un pedazo de cielo que en risas volaron. La despedida de la señorita quebró esa infantil alegría. Un poco de tristeza cundió por los aires y la alegría contagiosa voló libre por los aires hasta perderse en lo infinito.
Una dulzura encarnada asomó en el teatro, unos ojos azucarados, aparecieron delante del telón campestre. Platero, juguete de los niños ataviados de fiesta con trajes de colores, asustado y perplejo se mueve intranquilo como si un asunto grave lo preocupara.
Encantó a los niños que reían hasta no poder más.
La dulce expresión de Platero hendió los aires y las almas y fue a caer en los corazones como un liviano sueño de hadas. Un colorido malva azul y rosado volaba en el aire entre las notas de los músicos.
Tristeza de los niños pobres, nochebuena de soledad, un telón de tarde en el campo obscuro. Platero con su graciosa figura llena de regocijo a esos niños pobres que la sienten opaca, juegan con él a cabalgar, la alegría que sienten los niños es oscura y silenciosa como las sombras negras de la noche. Una XXXX nube triste tapó el sol alegre que alumbraba la pobreza de los niños tristes.
Bajo un duraznero florido, Platero encantó de XXXX a los niños. Una cabalgata frustrada partió con un trote falso que como una gracia del burro fue risas y aplausos. Y la gracia del titiritero fue transmitida de niño a niño, de corazón a corazón.
Una risa de alegría asomaba a la cara risueña de los chicos que bajo las emociones reían y aplaudían
Los reyes magos se acercan ya, las estrellas se visten de luz y los árboles de sombras queriendo guardarse ese secreto de la niñez. Una vez se siente, una niña cuenta a su hermanita que esa noche pasarán por su casa los reyes magos.
La luna empurpurada de oro cae en rayos sobre la tierra. Allá lejos en la cima de una montaña se alza un castillo de luz y de alegría. Sus ventanas son las estrellas, sus paredes lo infinito, de pronto se desvanecen. El viento impregnado de frescura movió las aguas claras de un arroyo y la senda de agua empezó a caminar. Tres sombras altas llenaron el paisaje y silenciosas se dirigieron a Belén para adorar al niño Dios y luego se dirigieron al mundo inocente repletos de dones y golosinas. Más allá del horizonte una claridad tenue con alma de plata se cuajó en canto y unas voces dulces llegaron a los reyes:
Los reyes magos
Vendrán por estos pagos
Encontrando la tierra con su pasto XXXX
Viajando sobre alfombras de XXXX
Del campo verde mientras las sombras se acentúan las almas de carbón traen el canto de los niños que bailan con el alma de la alegría:
Los reyes magos simbolizan
La alegría infantil y matizan
De ilusiones las almas pequeñas
Un suave atardecer llora entre perfumes. El cielo se torna cosa y las nubes lo imitan. Un perfume melancólico hiere el alma con su capa de oro y el fulgurar de las flores en las primeras sombras llena el arroyo.
El aroma susurra con el agua una canción de perfumes y tintineos.
Aromo, árbol de corazón de madera y cuerpo de oro y plata se balancea tenue en el arroyuelo.
Las estrellas en su encaje de luz vuelan en un rápido aleteo hasta posarse en las ramas del aromo. El perfume de la tierra sube a esas estrellas y se transforma en un aroma embriagador transparente y melancólico y el arrollo se duerme con el ensueño del aroma de la barranca
Corría el invierno envuelto en una capa blanca y helada. Transcurría la noche en silencio y al amanecer veíase que la nada cubría el cielo llorando nieve y agua. En la noche un suave XXXX de perlas invadía lo infinito. El rocío caía como rayos luminosos, rayos de plata, tenue luz de estrellas que nacían y se perdían como un XXXX.
El sol con su cresta asomaba su cara redonda en el horizonte. Deseaba tener un hijo, un hijo dorado como él, un hijo que diera la vida al XXXX como lo hacía él, que viviera en la tierra para mantener comunicación con los hombres. Y como lo deseó se cumplió. Las hadas de la luz, engalanadas con la luz del sol le concedieron el deseo.
Al poco tiempo una dorada espiga embellecía el paisaje sostenida por una vara de oro. Y así nació el trigo. Ese pan de oro, apreciado por todos ¡trigo, pan de la vida, pan del mundo!
Un desmoronar de sonidos y susurros corre por lo infinito con su canción de eternidad.
El tiempo pasa y la canción de un pájaro XXXX vestido de sucio, pero limpio corazón se levanto en lo eterno como sombra perenne que lleva en su pico canciones de todos los tiempos.
Mirando a lo lejos
Cerrando los ojos vi una sombra
Confusa, el horizonte blanqueado por la tierra de vida que lleva el mundo a lo infinito. Un corazón triste confuso, lleno de polvo, se levanta ante mi vista como una sombra inerte que domina al mundo desde la lejanía.
El eco de la barranca agitó la alegría de nosotros. Ese eco tierno y suave que respondió en la barranca, una Torcaz, que por los matorrales del verde sueño volaba, respondió la imitación de su canto, primero cerca, y luego lejos, como un adiós de una apenada despedida.
Tras verdes matorrales y enredaderas, se levanta una vieja arranca que en su seno guarda el secreto de los siglos.
En su tierra desmoronada los guarda, y van a perderse en las tierras cercanas hundiéndose poco a poco en esa soberbia barranca de tiempos atrás.
La lejanía se extiende más allá de la nada, en un canto gris que se volatiliza en un pájaro blanco, que con sus alas abiertas abriga a la XXXX vida coloreada por una flor, por un arroyuelo. De la flor el perfume de colores y el arroyuelo con su límpido canta el color blanco que el sol tiñe de rosa, amarillo y celeste en un momento de alegría y frescura.
En el horizonte claro de despedida, fulguran de una manera extraña los últimos reflejos del sol.
Una sombra escondida se guarece en los árboles; la claridad agoniza ya y los árboles alentados de frescura por una brisa transparente quedan solitarios en la noche. De pronto, el último reflejo, un reflejo rosa sube en la sombra turbia como un pájaro que vuela y cae herido, herido por la sombra negra para perderse en un anochecer pálido.
(Nota al lector: Para comparar esta producción poética con la de otro alumno sobre la misma temática Click aquí)
En el horizonte claro nació una luz de muchos colores. Pintaba los árboles blancos de verde y marrón, coloreaba el campo, las hojas, la naturaleza entera, pero en los árboles crecía una franja negra en los crepúsculos y morían a la noche de negrura, era una negrura espesa que se extendería desde un XXXX hasta el otro y la sombra creció en la noche y se agrandó de día.
La tierra es espejo de la vida, las sombras se dibujan en ella como en un papel, papel este, de negras y polvorientas partículas que vuela por los atardeceres.
La sombra inunda el mundo hoy y se esconde de la luz, se avergüenza de ella, los árboles son sus protectoras, y la vida tiznada de negro de la sombra se acorta y se alarga, guarecida bajo los árboles y su raíz es el alimento vivo de la sombra. Así nació la sombra, cuando nació la luz y los árboles con su retrato negro a su lado nacen, viven y mueren en la misma armonía del gris y negro en el crepúsculo.
El horizonte, línea lejana, envuelta siempre en brumas, es el sueño de la lejanía.
En un mensaje de brisas nos transmite su alegría gris.
El susurro de su vida, de la vida hermana que vive en brumas y que en el verde oscuro es un plegaria de la vida hacia el cielo.
El cielo se recuesta precozmente en el horizonte y la cuna gris que canta bajo el algodón celeste que se posa en ella.
Los pollitos alegran el patio, como ovillitos de lana corren de aquí para allá tras la gallina en un rápido correr. Parece que no tuvieran patitas, pero faltaban tres; que tristeza la de perder estos pollitos. Sentí un vacío se produjo en mí, tres almas pequeñitas rompieron la alegría de la mía y la sombra de estas tres almas hicieron una sombra que taparon mi corazón y lo escondieron en la tristeza.
En el momento de ponerme el muñeco sentí en mí a través del retablo las miradas del público que buscaba en el teatro la ilusión de un sueño. Al salir e escena sentí que algo tocaba el alma tierna del muñeco y la hacía temblar.
Era la emoción que corría desde mi pecho hasta tocarle el corazón blando del muñeco. En la realidad inventiva de los sueños, en ese muñeco con nariz roja y bonete creí ver al mundo de los títeres que brotaban de los ojos pícaros y de la alegría de su alma. Poseído del papel que desenvolvía el muñeco en mis manos creí estar yo mismo en escena representando a Don Pipiriplín.
Nació el algodón en un mundo de nieve de blancura eterna, de blancura de ilusión. La nieve volaba con alas de pájaro. El cielo ofrecía un aspecto blanco triste. Un árbol solitario crecía en medio de la blancura, extendiendo sus ramas al viento. Ofrecía un blanco de vida para la nieve inerte. Una vez se lastimó una rama y un copo de nieve tapó la herida de esta brotó in capullo que no era nieve se parecía a la seda. Pero este tratando de recorrer mundo se escapó y voló por los aires. De pronto se sintió atraído hacia abajo y un calor intenso lo empezó a cubrir y cayó, cayó en una profunda grieta y quedó sepultado pero no paró aquí su desgracia su hermoso traje fue perdido. Quedó solamente la semilla que se abrió formando un tallo esbelto que luego se ramifica en hojas y creció de nuevo el capullo pero esta vez libre y hermano del aire creció más grande que aquel.
En su corazón de colores guarda la aurora los árboles con sus verdes fulgores, los cristalinos colores de los manantiales, el fresco y húmedo de la tierra que adormece con su cantar de siglos en una canción de cuna que entorna desde su corazón oscuro pero blando. En su alma pura siente la vida que le traen los colores, siente y sueña que la nada se va gastando a esa vida suya, y el pincel en sus pinceladas se la saca para transportarla a otro sitio.
En una cama de rasos que la aurora tiñe de rojo se fundieron los viajes inverosímiles del sueño, se fundieron esas ideas bailarinas que danzan en nuestros ojos como una leyenda que corona la vida de felicidad. Y entre los rayos rojos, los viajes se fueron a la aurora en sus idas por los sueños. Así como el agua cristalina del manantial que baja de las montañas y se pierde en los prados de primavera, mis sueños se cuajan de nada cubriéndome de desilusión al encontrarme con los rayos acariciadores del sol
(Nota al lector: Para comparar esta producción poética con la de otro alumno ante una misma temática Click aquí.)
Así aprisionado pasaba la vida. Pero una noche apareció dormido sobre la tierra un pájaro negro de aspecto triste que se movía lentamente, hasta que los rayos del sol calentaron. Entonces voló, voló alto.
En sus trinos había algo extraño, algo que atraía la mirada de los árboles y de los habitantes del bosque.
Con la estupefacción de estos se escondió entre las nubes incitándoles a tapar el sol. El pájaro no era de corazón inocente, guardaba en él una perversidad que nunca fue vista en ningún pájaro. Al fin obtuvo lo que quería. Las nubes taparon el sol y este cayo sobre el mundo dañando las hojas. Pero el tiempo cuajó en nubes a este dañino pájaro y le ordenó que se descubriera de su encierro. Todos los años y cuando no tenía que ir se encerraba para no causar daños.
Y esta nube pintada de gris cae después de haber pasado por el mundo. Y así el perverso otoño no es más que un sirviente del tiempo.
(Nota al lector: para comparar esta producción poética con la de otro alumno sobre la misma temática Clíck aquí)
Con la frescura verde del campo una ronda escenificó el poema de Ramón.
Esta ronda dulce con una flor de corazón con una adivinanza en los labios. En el cándido corazón campestre de la ronda vi las hierbas tiernas que viven en el campo, los pájaros con alma de música. Sentí al ver esta ronda la suavidad y la ternura de los arroyuelos cristalinos el corazón verde y fresco del campo que purificaban el aire con su canto alegre, entraba en mí como suaves rayos del sol y me hacían soñar que estaba en el campo entre verdores.
(Nota al lector: para acceder al poema del alumno Ramón Peralta Click aquí. Para acceder a la impresión que tuvo Ramón peralta sobre la escenificación de su poema Click aquí)
La danza alegre del siglo XVI perfumó el aire de un suave arrullo de años con un sueño de colores de risas y de aplausos, que voló con alas de pájaro. Fue la alegría franca y lisa lo que nos unió como un lazo de nubes que ató los corazones. Sentí que me tomaba el mío y se lo llevaba la alegría de esa ronda florida y de esa vida de colores.
El coro fue la música de la danza que como el reflejo de plata de la luna, baila XXXX con la luz, blanda y tierna como la suavidad XXXX. Cada palabra una nota para la danza que fue ligera, suave, blanda, tierna con la vida de la luna.
Con la negrura brillante de la tierra el poema se deslizó suavemente y el XXXXX su alegría, su negrura y el ritmo del trigo se asoció a la tierra. Fue la vida negra y blanca de la tierra que bailó en la tarima.
(Nota al lector: Para acceder al poema completo escrito por la alumna Beatriz Riestra Click aquí)